El rol del deporte con la discapacidad
Los avances que se han realizado en el deporte, con
mucha relevancia en la sociedad del siglo XX, marca el camino de las sociedades
de este siglo XXI, para establecer importantes hitos de mucho impacto en lo
social, la salud, la educación, la cultura, la economía del mundo moderno en
general y también en el ámbito de la discapacidad, campo en el cual, a través
del deporte, los grupos de personas con discapacidad han encontrado el más
significativo espacio de reivindicación humana y, por lo tanto, especial para
que sean reconocidos en la sociedad.
Si se analiza desde la perspectiva del “deporte profesional”, nos
quedamos en un análisis muy simple, frente a las profundas y amplias
posibilidades que ofrece como importante medio de rehabilitación, integración,
inclusión de millones de personas con discapacidad, como lo han venido
haciendo, social y científicamente, muchas organizaciones alrededor del mundo,
para acabar con el pensamiento de que sólo los más fuertes tienen espacio.
Es
evidente que el deporte para las personas con discapacidad, el significado del
deporte, incide de manera directa en el mejoramiento de la calidad de vida de
las personas, sin dejar de lado otros intereses que se mueven alrededor de él,
como el comercio, la ciencia, la tecnología, la educación, la salud o los
medios de comunicación y en el que hoy por hoy la discapacidad también ha
ganado un amplio espacio.
El contexto del deporte para personas con
discapacidad
Millones de personas de todas las edades,
alrededor del mundo, padecen algún tipo de discapacidad, lo cual les es
cotidiano enfrentarse con obstáculos no sólo físicos, sino psicológicos,
económicos y culturales que les impiden desempeñarse plenamente en los
diferentes roles que la sociedad humana dispone para la satisfacción de sus
necesidades, incluidas naturalmente las de aprovechamiento del tiempo libre, la
recreación y el deporte.
El Programa de Acción Mundial para los Impedidos, aprobado por la
Asamblea General de las Naciones Unidas en 1982, que “…reitera la constante
necesidad de promover la realización para el derecho de los impedidos a
participar plenamente en la vida social y el desarrollo de sus sociedades y a
disfrutar de condiciones iguales a las de otros ciudadanos, así como a
participar en pie de igualdad en el mejoramiento de las condiciones de vida
resultantes del desarrollo social y económico, debido a que más de quinientos millones
de personas en el mundo sufren de una u otra forma de incapacidad; de los cuales,
cerca de cuatrocientos millones
corresponden a países en desarrollo...”, más de las dos terceras partes de las
personas con discapacidad vive en países en desarrollo, sólo el 2 % de los
niños con discapacidad del mundo en desarrollo recibe algún tipo de educación o
rehabilitación y en todo el mundo es directo y fuerte el vínculo que existe
entre la discapacidad, la pobreza y la exclusión social, incluyendo en ello el
acceso a la educación física, la recreación y la actividad deportiva.
La
actividad física y deportiva son parte indivisible de la dimensión integral de
las personas. En ese proceso de intervención quizás como ningún otro medio, el
deporte ha jugado un papel fundamental para la visibilidad de la discapacidad y
su reconocimiento por parte de la sociedad, en ese mismo sentido, el Estado se
constituye en un garante para la vigencia, promoción y respeto de los derechos
esenciales que les corresponden a las personas con discapacidad.
Sin embargo, subsisten dificultades
en diversos puntos: se desconocen avances, medios, pero sobre todo aún
prevalecen serios obstáculos en la sociedad en general para comprender,
entender y respetar las posibilidades de crecimiento y consolidación de las
facultades de las personas con discapacidad en donde el deporte, la recreación
y la actividad física organizada, sin lugar a dudas, pueden jugar un papel
fundamental.
Para ellos, es importante que los actores políticos, sociales, económicos y deportivos tomen cartas en el asunto y empiecen a planear políticas y estrategias públicas sólidas, que orienten de manera objetiva procesos de inclusión e intercambio social verdadero a través de las actividades físicas, recreativas y deportivas para las personas con discapacidad.
Así que entonces, puede afirmarse que un mundo deportivo, para las personas con discapacidad en el cual no se hable de inclusión y de desarrollo humano, no es viable para la sociedad, necesitamos una sociedad inclusiva, abierta a la integración, al intercambio social y humano, que acepte la diversidad, el respeto por los derechos humanos y la naturaleza humana como elementos estructurantes del desarrollo social de los pueblos.
Para ellos, es importante que los actores políticos, sociales, económicos y deportivos tomen cartas en el asunto y empiecen a planear políticas y estrategias públicas sólidas, que orienten de manera objetiva procesos de inclusión e intercambio social verdadero a través de las actividades físicas, recreativas y deportivas para las personas con discapacidad.
Así que entonces, puede afirmarse que un mundo deportivo, para las personas con discapacidad en el cual no se hable de inclusión y de desarrollo humano, no es viable para la sociedad, necesitamos una sociedad inclusiva, abierta a la integración, al intercambio social y humano, que acepte la diversidad, el respeto por los derechos humanos y la naturaleza humana como elementos estructurantes del desarrollo social de los pueblos.
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